El abandono del patrimonio histórico: cuando las grandes empresas olvidan su responsabilidad social
En el corazón de Cartagena, donde cada piedra cuenta la historia de nuestra resistencia y dignidad, 41 propiedades del Centro Histórico permanecen en estado de deterioro a pesar de las advertencias del alcalde Dumek Turbay hace un año. Entre los propietarios que han ignorado su responsabilidad patrimonial figuran grandes instituciones financieras como Bancolombia, BBVA y Sayco.
La desigualdad se refleja en el cuidado del patrimonio
Resulta paradójico que mientras las comunidades más vulnerables de Cartagena luchan día a día por mantener sus viviendas en condiciones dignas, entidades con amplios recursos económicos permitan que inmuebles históricos se deterioren hasta el punto del colapso. Esta situación refleja una profunda desconexión entre el poder económico y la responsabilidad social.
La lista inicial incluía 57 propiedades en evidente deterioro. Entre los propietarios se encontraban Leasing Bancolombia, la Universidad de Cartagena, BBVA y el Fideicomiso Tcherassi Hotel, junto a personas naturales y organizaciones como la Asociación de Maestros Jubilados de Bolívar.
Historias de transformación desde las bases
Mientras las grandes corporaciones mantienen su indiferencia, emergen historias inspiradoras de quienes sí asumieron su compromiso. La Asociación de Maestros Jubilados de Bolívar, con recursos limitados pero gran conciencia social, logró transformar exitosamente su inmueble en la Carrera 7 No 36-59, pasando de un estado crítico a condiciones aceptables.
En Getsemaní, ciudadanos como Allen Lewis Neil y Eyder Manuel Benavides Aguas respondieron al llamado del distrito, demostrando que la voluntad política y el compromiso comunitario pueden más que los grandes capitales cuando se trata de preservar nuestra herencia cultural.
La gestión territorial desde la justicia social
La oficina de Control Urbanístico, dirigida por Emilio Rafael Molano Barboza, ha logrado intervenir 16 de los 57 inmuebles identificados. Los trabajos se concentraron en los barrios Getsemaní, Centro y La Matuna, donde la diversidad social convive con la riqueza histórica.
En La Matuna, epicentro financiero de la ciudad, la complejidad de la propiedad múltiple (algunos inmuebles tienen hasta 40 propietarios) evidencia cómo la especulación inmobiliaria fragmenta la responsabilidad sobre el patrimonio común.
Patrimonio como derecho colectivo
El Centro Histórico de Cartagena, reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, no puede ser rehén de intereses particulares o negligencia corporativa. Su preservación trasciende el turismo y representa la salvaguarda de nuestra identidad como pueblo.
La administración Turbay ha anunciado nuevas inspecciones y la posibilidad de solicitar intervención judicial sobre las propiedades abandonadas. Esta medida, aunque necesaria, debería complementarse con políticas que fortalezcan la función social de la propiedad y garanticen que el patrimonio sirva a las comunidades que lo habitan y lo significan.
La lucha por preservar nuestro patrimonio histórico es también una lucha por la justicia social y la dignidad territorial. Cartagena merece propietarios comprometidos con su historia y su futuro, no especuladores que ven en cada balcón colonial solo una oportunidad de ganancia.