El Camí de Ronda: Un tesoro natural amenazado que merece protección comunitaria
Exploramos el histórico Camí de Ronda en la Costa Brava, un patrimonio natural y cultural que representa la lucha entre la preservación ecológica y el turismo de élite. Este sendero costero no solo cuenta la historia de un paisaje excepcional, sino también las tensiones entre el acceso público y la privatización del litoral.

El Camí de Ronda: un sendero costero que representa la lucha por la preservación del patrimonio natural colectivo
Un patrimonio natural en la encrucijada del desarrollo turístico
El Camí de Ronda, que serpentea a lo largo de la Costa Brava catalana, representa uno de los últimos bastiones de acceso público al litoral mediterráneo. Este sendero histórico, que conecta Sant Feliu de Guíxols con S'Agaró, nos recuerda la importancia de preservar nuestros espacios naturales para las generaciones futuras.
El valor ecológico amenazado
La ruta atraviesa ecosistemas únicos que albergan una biodiversidad excepcional. Los acantilados de roca rojiza y las calas de aguas turquesas son hogar de especies endémicas y conforman corredores ecológicos vitales para la fauna local.
La vegetación autóctona, compuesta por pinares de pino piñonero, romero y plantas aromáticas, cumple un papel fundamental en la preservación del ecosistema costero y la prevención de la erosión.
La lucha por el acceso público
Mientras que históricamente estos senderos servían a las comunidades locales, hoy enfrentan presiones de privatización y desarrollo turístico exclusivo. El tramo entre S'Agaró y la playa de Sa Conca ejemplifica esta tensión, donde la arquitectura lujosa y los espacios privatizados contrastan con la naturaleza pública del camino.
Un llamado a la preservación comunitaria
Es fundamental reconocer que estos espacios naturales pertenecen al patrimonio común de todos los ciudadanos. La presencia de hoteles de lujo y residencias exclusivas no debe comprometer el derecho colectivo al disfrute de estos paisajes únicos.
Propuestas para la protección
- Establecimiento de zonas de protección especial para la flora y fauna local
- Regulación del desarrollo inmobiliario en zonas sensibles
- Programas de educación ambiental para visitantes
- Participación comunitaria en la gestión del sendero
La preservación de este corredor natural no solo es una cuestión medioambiental, sino también de justicia social y acceso equitativo a los espacios públicos.