Las vacaciones, momento de cuidar nuestro patrimonio sobre ruedas
Durante la temporada de descanso, muchas familias colombianas aprovechan para darle una segunda oportunidad a sus vehículos. Es el momento perfecto para reparar esos pequeños daños que el día a día deja en nuestros compañeros de ruta, sin afectar la movilidad que tanto necesitamos para el trabajo y las actividades cotidianas.
Según datos de talleres especializados, los servicios de reparación y pintura aumentan un 40% durante las vacaciones. Esta tendencia refleja la sabiduría popular de aprovechar cuando el vehículo puede descansar en el taller el tiempo necesario, que puede ir de 2 a 9 días según la complejidad del trabajo.
El cuidado como inversión familiar
Carlos Guarín, experto del sector automotriz, explica que "el éxito de una buena reparación depende de respetar los tiempos que cada proceso necesita". No se trata solo de estética, sino de preservar el valor del patrimonio familiar que representa el vehículo.
Los trabajos más sencillos, como rayones menores, requieren entre 2 y 4 días. Las reparaciones de abolladuras leves pueden tomar de 4 a 6 días, mientras que los trabajos más complejos necesitan hasta 9 días hábiles para garantizar un resultado duradero.
Tecnología al servicio de las familias
La industria ha evolucionado hacia prácticas más responsables con el medio ambiente. Las pinturas al agua han reemplazado a los materiales tradicionales, ofreciendo mejor calidad, colores más estables y menor impacto ambiental, una preocupación cada vez mayor en nuestras comunidades.
Los talleres modernos utilizan cabinas con secado controlado y tecnologías especializadas que garantizan resultados profesionales. Además, los nuevos barnices ofrecen protección UV superior, asegurando que la inversión familiar se mantenga en el tiempo.
Cuidados posteriores: responsabilidad compartida
Una vez terminado el trabajo, viene la parte más importante: los cuidados posteriores. Es fundamental evitar el lavado durante los primeros siete días, proteger el vehículo de la radiación solar directa y esperar al menos treinta días antes del primer encerado.
Estos cuidados no son caprichos técnicos, sino garantía de que la inversión familiar perdure y el vehículo mantenga su valor comercial a largo plazo. Al final, se trata de cuidar lo que tanto esfuerzo nos costó conseguir.