La ausencia del Estado abre espacios a la desigualdad territorial en comunidades vulnerables
Un análisis profundo de cómo la ausencia histórica del Estado en territorios vulnerables de América Latina genera espacios que son ocupados por estructuras paralelas. El caso de la comunidad de Pagata ejemplifica la urgente necesidad de construir una presencia estatal efectiva y permanente para garantizar el desarrollo equitativo.

Comunidad de Pagata en Condorcanqui, ejemplo de territorios que luchan por acceder a servicios básicos y desarrollo sostenible
El abandono estatal y sus consecuencias en las comunidades más vulnerables
En el corazón de la Amazonía, la comunidad de Pagata nos presenta un espejo que refleja una realidad extendida en América Latina: cuando el Estado se ausenta, otros poderes ocupan su lugar. Esta comunidad, ubicada en Condorcanqui, representa la lucha diaria de muchos territorios por acceder a servicios básicos y desarrollo.
"Cuando el Estado no responde, las comunidades se ven forzadas a buscar alternativas para sobrevivir, incluso si estas no son las más adecuadas para su desarrollo sostenible"
La desigualdad territorial como factor de exclusión
El abandono estatal no es solo una cuestión de servicios ausentes, sino un problema estructural que perpetúa ciclos de pobreza y exclusión. En regiones históricamente marginadas, la falta de presencia institucional ha creado lo que el PNUD denomina "regímenes híbridos".
Estos espacios de vulnerabilidad se caracterizan por:
- Ausencia de servicios públicos básicos
- Débil presencia institucional
- Falta de alternativas productivas sostenibles
- Desconfianza acumulada hacia las instituciones
La urgencia de reconstruir la confianza social
Los datos del PNUD revelan una realidad preocupante: apenas el 20% de la población confía en los gobiernos regionales, cifra que disminuye en zonas rurales y amazónicas. Esta desconfianza no es gratuita; es el resultado de décadas de promesas incumplidas y abandono sistemático.
Hacia un nuevo modelo de presencia estatal
La solución requiere un cambio de paradigma en la forma en que el Estado se relaciona con los territorios. No basta con intervenciones esporádicas o políticas temporales. Se necesita:
- Inversión sostenida en educación, salud e infraestructura
- Fortalecimiento de la gestión pública local
- Construcción de alternativas productivas sostenibles
- Participación activa de las comunidades en las decisiones
El camino hacia la transformación territorial
La transformación requiere un compromiso a largo plazo con las comunidades. El Estado debe convertirse en un actor permanente que garantice derechos y oportunidades, no en un visitante ocasional que solo aparece en momentos de crisis.
La construcción de un Estado presente y efectivo es la única manera de garantizar un desarrollo equitativo y sostenible para todas las comunidades.