La papa colombiana: patrimonio campesino ante el cambio climático
La papa colombiana emerge como símbolo de resistencia campesina y biodiversidad ante el cambio climático, uniendo ciencia ancestral y moderna para garantizar la soberanía alimentaria.

Campesinos colombianos preservando variedades nativas de papa como guardianes de la biodiversidad alimentaria
Un legado de biodiversidad y resistencia campesina
La papa en Colombia representa mucho más que un simple cultivo: es el corazón de la economía rural y un símbolo de transformación social y territorial que sostiene a miles de familias campesinas. Con una producción anual de 2,5 millones de toneladas, este tubérculo ancestral constituye un pilar fundamental de la soberanía alimentaria en regiones como Boyacá y Nariño.
La extraordinaria riqueza de 850 variedades de papa en Colombia representa un patrimonio biocultural que las comunidades han preservado a través de generaciones de conocimiento tradicional y adaptación local.
Ciencia y saberes ancestrales: una alianza necesaria
El trabajo conjunto entre investigadores y comunidades campesinas ha permitido desarrollar variedades resistentes como la "Pastusa Suprema", demostrando cómo la articulación territorial puede generar soluciones frente a la crisis climática. Este proceso ha reducido significativamente el uso de agroquímicos mientras fortalece la autonomía alimentaria.
Desafíos y resistencia comunitaria
Las comunidades campesinas enfrentan múltiples retos en la conservación de variedades nativas, desde el impacto del cambio climático hasta las presiones del mercado. Sin embargo, espacios como las ferias campesinas en Toca y Ventaquemada demuestran la vitalidad de las redes de intercambio de semillas y conocimientos.
Hacia una agricultura para la paz territorial
La protección de la papa colombiana requiere políticas públicas que reconozcan y fortalezcan el papel de las comunidades campesinas como guardianas de la biodiversidad. Este proceso debe incluir apoyo a la investigación participativa, mercados justos y prácticas agroecológicas que garanticen la soberanía alimentaria.