La dignidad tiene precio: El drama de sobrevivir con más de 2 millones en Pereira
Un análisis profundo revela la brecha creciente entre el salario mínimo y el costo real de vida digna en Pereira. Mientras las cifras oficiales muestran una leve mejoría en los índices de pobreza, la realidad cotidiana expone las fracturas sociales y la necesidad urgente de transformaciones estructurales.

Familias pereiranas luchan diariamente por alcanzar una vida digna en medio de la brecha entre ingresos y costos básicos
La paradoja de la recuperación económica: cuando trabajar no alcanza para vivir
En medio de discursos oficiales sobre recuperación económica, las familias pereiranas enfrentan una realidad devastadora: necesitan ingresos superiores a 2,2 millones de pesos mensuales para no ser consideradas pobres. Esta cifra, revelada por el último informe del DANE, expone las profundas desigualdades estructurales que persisten en nuestra sociedad.
La brecha entre el salario mínimo y la vida digna
El dato más revelador y preocupante es que una familia que depende de un salario mínimo ($1.462.000 en 2024) apenas alcanza el 63% del umbral necesario para superar la línea de pobreza. Esta realidad desmiente el mito de que el trabajo formal garantiza bienestar social.
"La inflación afecta directamente la línea de pobreza: si la canasta es más costosa, el umbral sube y, por tanto, más personas quedan por debajo de él, aun si sus ingresos no han cambiado", explica Jaime Rojas, investigador económico.
Los rostros invisibles de la pobreza estructural
En Pereira, 103.000 personas viven bajo la línea de pobreza monetaria, mientras que 22.000 habitantes enfrentan la pobreza extrema, sin garantía de alimentación diaria. Estas cifras representan historias humanas que las estadísticas no logran captar completamente.
La fragilidad de la recuperación económica
Aunque la pobreza monetaria bajó del 28,6% al 24,5%, esta mejora estadística esconde una realidad más compleja. Gran parte de esta reducción se sostiene en las remesas del exterior, un pilar frágil que depende de factores externos y fluctuaciones económicas globales.
El desafío de construir una sociedad más equitativa
La situación exige una reflexión profunda sobre nuestro modelo económico y social. No basta con medir la pobreza solo en términos monetarios; necesitamos considerar el acceso real a servicios básicos, educación, salud y oportunidades laborales dignas.
El área metropolitana muestra disparidades aún más pronunciadas, con Dosquebradas y La Virginia registrando índices de pobreza superiores al 25,4%. Esto evidencia la necesidad de políticas territoriales integrales que aborden las desigualdades regionales.
Hacia una transformación social sostenible
La verdadera superación de la pobreza requiere cambios estructurales que garanticen no solo ingresos suficientes, sino también acceso a servicios públicos de calidad, educación transformadora y oportunidades de desarrollo integral para todas las comunidades.